Al atardecer, cuando el sol se aleja a otro cielo,
cuando la luna se viste de fiesta y las estrellas
se colocan sus mejores galas,
es la hora de la ausencia, la hora del amor,
para mi la hora de los recuerdos y la melancolia.
A esta hora recuerdo a mi padre regresar del trabajo,
colgarme a su cuello y recibir un beso, cargado de sal y amor
Recuerdo a mi madre, dulce esposa, madre adnegada,
depósitar en sus manos un jugo y en sus labios un fugaz beso.
A esta hora, mis años retornan a la risa franca de mi abuelo,
a la dureza de mi abuela, a la complicidad de mis primos,
a la dulce inocensia del campo, a los cuentos de fantasmas,
Ah los seres fantasticos de nuestro infantil mundo,
en el que todo era asombro y risa.
Y aquel mi principe moreno, aquel que un dia hizo saltar mi corazón,
hoy mi mejor amigo, que de tarde en tarde rie conmigo,
y me deja saber de sus amores furtivos, comparte conmigo
sus progresos, y me hace participe aún de sus alegrias y tristezas.
La tarde siempre trae nuevos anhelos, se viste
de miles de sueños, proyectos y realidades.
trae olor a tiempo vencido, huele a distancia
a amor, a caminos andados,
y al final es solo el final de un día más
que deja en mis labios un suspiro.
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